En el sector jurídico, la información evoluciona, la legislación se renueva, los ejemplos prácticos aumentan y el sistema crece; en otras palabras, los mares interiores se están convirtiendo en océanos.
Dentro del sistema, la abogacía tradicional está intentando integrarse en una perspectiva innovadora, experimentando un proceso doloroso. Esta situación tiene repercusiones tanto positivas como negativas en la calidad de los servicios, en los que parecen predominar el fracaso y las soluciones provisionales. Cada vez hay más ejemplos y juicios no especializados.
Por otro lado, están surgiendo ambiciosos bufetes de abogados Full Service, y su aparición tiene consecuencias. A medida que surgen estas estructuras, algunos grupos de abogados intentan ganar terreno con la excusa de la especialización, expandiéndose y surgiendo de campos cada vez más reducidos.
Se están formando listas de especialistas en derecho laboral, derecho de la competencia, derecho de datos personales, derecho informático, etcétera. Estos despachos especializados afirman tener los mejores conocimientos en sus áreas definidas y lo afirman con confianza en todos los canales.
Sin embargo, en los ordenamientos jurídicos no es posible declararse especialista en un campo concreto por sí solo. Aunque esta afirmación pueda tener cierta credibilidad, en la práctica vemos que tales declaraciones no son sostenibles.
Esto se debe a que el campo elegido debe tener conexiones con otros campos. Por ejemplo, un abogado que afirme estar especializado en derecho de la competencia también debe conocer el derecho mercantil, el derecho administrativo y, en cierta medida, el derecho penal, el derecho del consumidor, el derecho de propiedad intelectual, el derecho de sociedades y el derecho contractual. De lo contrario, no es posible prestar un verdadero servicio jurídico.
Del mismo modo, un bufete de abogados que pretenda especializarse en derecho de datos personales debe conocer al menos el derecho informático, el derecho mercantil, el derecho administrativo, el derecho penal, el derecho laboral y el derecho de propiedad intelectual. Un servicio jurídico incompleto por parte de un abogado no puede remediarse posteriormente.
Por supuesto, no es posible que un abogado conozca todas estas áreas. Especializarse en dos o como mucho tres campos parece factible. Para satisfacer esta necesidad, también en nuestro país están surgiendo estructuras de Full Service. Diferentes especialistas que trabajan en departamentos, servicios o centros dentro del mismo despacho se apoyan mutuamente y realizan un trabajo conjunto.
En este contexto, la necesidad es de estructuras Full Service. Esta realidad no se puede ocultar con diferentes discursos. Debemos hablar, escribir y reconocerlo. La especialización es, en efecto, una estrategia correcta, pero debe enmarcarse en una estructura y una aplicación correctas.
El Full Service es una estructura desafiante; su modelo de gestión, su modelo operativo y su modelo de reparto y tarifas son diferentes, pero es la estructura más importante en la que pueden prosperar especializaciones concretas.
Si no puede establecerse una estructura Full Service, es inevitable que las oficinas que pretendan especializarse colaboren con otras oficinas. Esta colaboración es también el enfoque correcto. Por eso las redes de abogados están muy extendidas en el extranjero. Dichas redes suelen encabezar las estrategias de desarrollo empresarial.
Sin embargo, en Türkiye, a pesar del gran talento y competencia de los abogados turcos, a menudo estos estilos no pueden desarrollarse debido a problemas de confianza. No pueden establecerse redes amplias basadas en la confianza y las normas, y se producen colaboraciones muy estrechas entre amigos. A veces, dos amigos de toda la vida pierden su relación por problemas de confianza, y estos asuntos también deben discutirse y abordarse.
Ahora hay un océano, y la posibilidad de que se desarrollen estructuras individuales es escasa. Por lo tanto, el desarrollo de especializaciones de esta manera no parece posible. Por supuesto, lo contrario siempre es posible a través de diferentes métodos.
El mundo jurídico es inmenso. Los abogados que trabajan individualmente deberían intentar colaborar con otros despachos, intentar llegar a acuerdos especiales, o tratar de establecer una estructura corporativa con normas estrictas que pueda evolucionar hasta convertirse en una estructura Full Service con el tiempo.
Alternativamente, deberían entrar en estructuras de Full Service. Existen diferentes formas y métodos para conseguirlo.
Varios artículos desarrollarán estos temas a lo largo del tiempo. Hay trabajo y crecimiento para los abogados, siempre que estén realmente abiertos a nuevas formas más allá de desearlas.
En otras palabras, también es posible nadar en el océano.